Loris Malaguzzi
y la Filosofía
Reggio Emilia
¿Quién fue
Loris Malaguzzi?
(Corregio, 1920 – Reggio Emilia, 1994)
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Loris Malaguzzi, maestro y pedagogo, nace el 23 de febrero de 1920 en Correggio, un pueblo de la provincia de Reggio Emilia.
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Un hombre bueno, pensador, sabio: un maestro. Conocedor en profundidad de la Primera Infancia: los niños y niñas más pequeños con sus valores y capacidades; que creyó en la educación de las personas desde su nacimiento y nos descubrió el gran potencial de los niños y sus cien lenguajes, que confió en la capacidad de ser constructores de su propia identidad y protagonistas de su vida, que desarrolló múltiples iniciativas y programas como respuesta real a sus necesidades, luchando por hacer realidad la cultura de la infancia, que promovió y creó como servicio público en la ciudad de Reggio Emilia (Emilia Romagna), escuelas Infantiles municipales para niños de 0 a 3 años Asili Nido, y de 3 a 6 Scuole dell’Infanzia; que inventó “talleres” para incorporar con creatividad, la expresión y el arte a la educación.
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Escuelas innovadoras, activas y democráticas, distintas a todas, con un proyecto educativo singular, fundamentado en el amor a los niños y a las niñas, el respeto y la confianza, en la pedagogía de la escucha, en el reconocimiento de la Primera Infancia como ciudadanos con plenos derechos; creyó, en el saber y responsabilidad de los educadores organizados en equipos educativos para compartir la observación, reflexión, investigación y trabajo.
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Historia
La filosofía de Reggio Emilia es una experiencia educativa que nace en 1945 en el norte de Italia, en una región con el mismo nombre.
Surge tras la segunda guerra mundial en la ciudad italiana del mismo nombre, motivado inicialmente por el impulso de las familias de la zona, obreras y campesinas, de crear un nuevo modelo de escuela para sus hijos; una escuela de humanidad, de respeto y de esperanza.
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Se apoyaron de Loris Malaguzzi, un maestro y psicólogo educativo, quien estudió y utilizó las teorías de muchos pedagogos y especialistas en desarrollo infantil, para crear una atmósfera de exploración y descubrimiento, que consideraba apoyaría mejor y alentaría el desarrollo de la primera infancia.
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Loris Malaguzzi propone una escuela que respeta los diferentes lenguajes (los cien lenguajes) que tienen los niños para interpretar el mundo y expresar sus propias hipótesis.
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La escuela reggiana es bella, acogedora y amable. En ella el espacio se diseña para favorecer las condiciones de aprendizaje de cada niño, y el adulto se transforma en un facilitador de experiencias que investiga junto con el niño.
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El adulto transforma su rol para sumergirse con los niños en un mundo de investigación, observación, interpretación y documentación de los procesos de aprendizaje que ocurren en el aula.